Al poco de conocerse a través del Ministro Ávalos la decisión de posponer las inversiones previstas en el Plan de Cercanias para Asturies, Renfe protagoniza un verano de continuas averias
Después de un semestre de aparente avance en el servicio, propiciado por un refuerzo en la sección de maquinistas, en lo que va de mes van suprimiéndose 350 servicios, de los que 330 eran de cercanías y 20 de media distancia.
La falta de adecuación a la lluvia, las averias o el mal estado del material, vehículos e istalaciones (en algún momento ha llegado a estar en taller hasta el 40% del material rodante), la falta de plantilla en los talleres, la reducción de trenes y el recorte indiscriminado de los servicios menos «rentables»-especialmente en la zona rural del país- dibujan un panorama de extinción desalentadora.
La esperada y urgente inversión prometida por el exministro de Fomento español, Iñigo de la Serna, que ya estaba fijada en el Plan de Cercanias para Asturies, acaba de ser indefinidamente pospuesta por el nuevo Ministro de Fomento, José Luis Ávalos, quien remite la solución a un futurible Plan de Cercanies a nivel estatal, en el que las necesidades de comunicación asturianas pasarán probablemente desapercibidas.
La desconexión de la población rural asturiana no es un problema prioritario para una gestión de las comunicaciones orientada al aprovechamiento económico y previsiblemente privatizable, menos aún si el problema, como Ávalos propone, se trata a nivel estatal.
Desde la desaparición de FEVE como tal y su integración en RENFE/ADIF en el año 2013, Asturies asiste a un nuevo paso en el proceso encaminado a la precarización de su area rural, con el que se está favoreciendo su despoblación, al mismo tiempo que vemos amenazado el caracter público de un servicio de vital importancia para garantizar la conexión del país.
Nuria Prendes
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