Como plan alternativo, el domingo se cellebraráen el Museu’l Pueblo d’Asturies la Folixa pola Paz, en la que entre talleres, conciertos, sidra y juegos se reclamará la asignación de los gastos militares a fines sociales y el fin de esta exhibición militar, contaminante, tremendamente costosa y que deja en el aire cierto sabor a amenaza
La ciudad volverá a paralizarse este domingo, con la anual exhibición de potencia bélica en la que el ejército español protagonizará una demostración de fuerza, gasto injustificado y contaminación -acústica y atmosférica- para una masa acrítica, que mirará ensimismaba para el cielo sin parase a pensar cual es la verdadera finalidad de la maquinaria de guerra que tiene encima.
El Festival aéreo Internacional volverá a traer a Xixón decenas de máquinas de guerra, mostrando la cara amable» de unos aparatos diseñados para matar eficientemente, guiados por personas entrenadas precisamente para ese fin. Un grotesco acto de autobombo español militarista con un trasfondu amenazante y macabro en el que muerte y espectáculo van de la mano.
Además la Rula de la ciudad acogerá una semana la muestra «Volar, historia de una aventura», una exposición con nombre de película Disney y contenido militarizante en el que se repasará la historia el Ejército del Aire, imaginamos que saltandose la parte en la que ese mismo ejército bombardea brutalmente Xixón.
El Festival Aéreo cuenta con un presupuesto desconocido, aportado por instituciones públicas y privadas, que tienen como propósito la normalización entre la población de estas máquinas de matar, utilizadas en multitud de conflictos bélicos en todos los puntos del planeta para acabar con vidas humanas y fijar los intereses del sistema, herederas de los mismos aviones españoles y alemanes que sobrevolaron y bombardearon Xixón, entre otras poblaciones asturianas.
Por todo ello, la oposición de los gijoneses a esta exhibición lleva años haciéndose patente y son muchas las organizaciones, asociaciones y partidos que piden que se ponga fin a este despropósito; pero por ahora nada más pueden esperar que el Nuberu eche una mano y las condiciones metereológicas suspendan la actuación.
Llucía F. Marqués
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