Los entomólogos alertan del brutal descenso en la población de saltamontes en Asturies. Estos artrópodos no son los únicos insectos que escasean: las luciérnagas, los grillos, las libélulas y hasta las mariposas se unen a esta disminución de la fauna

Un estudio surgido de la colaboración pente la Unión Europea y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), destaca que casi un tercio de las especies de ortópteros evaluadas (saltamontes, grillos y ciervos voladores, entre otros) están amenazadas, algunas en peligro de extinción.

No solo en Asturies: la Sociedad Entomológica de Krefeld, en Alemania, constata que la biomasa de insectos se ha aminorado en su zona un 80% desde 1989, datos similares a los recogidos, por ejemplo, en Galicia; en Cataluña, tres cuartas partes de las especies de mariposa están en peligro.

La transformación y destrucción del Hábitat es señalada en todos los estudios como la principal causa de extinción. La utilización  de insecticidas, los incendios, la contaminación, la canalización de rios … son letales para estos animales. También el cambio climático contribuye, los científicos citan, entre otros problemas, la alteración de los períodos de sincronía entre la floración de las plantas y la eclosión de los insectos.

El catálogo nacional de especies amenazadas incluye nada más 90 especies de invertebrados, de los que 35 son insectos y solo 17 (ocho vulnerables y nueve en peligro de extinción) tienen una categoría que permite activar planes de recuperación. La Comunidad Virtual de Entomología calcula en 38.311 el número de especies de insectos en la Península Ibérica. Dentro de Asturies los entomólogos proponen el reconocimiento de más de 50 especies como vulnerables y 23 en peligro de extinción.

Sino por empatía animal, esto debería preocupar al ser humano en su parte más egoista: alrededor del 84% de los cultivos para el consumo humano precisan de insectos para su polinización. Las consecuencias de esta extinción sobre las redes tróficas que sustentan los ecosistemas, también los agrarios, ganaeros y forestales, pueden ser fatales.

Llucía F. Marqués

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