Salir de Asturies es caro, y volver también. En un país con un altísimo porcentaje de su población emigrada forzosa, los viajes son un lujo, por tierra, mar y aire
Por carretera nos espera el eterno peaje del Huerna y por los aires, las subidas de precio ocasionadas por la ausencia de compañias aéreas encarecen los viajes desde y hacia Asturies, sumiéndonos en un aislamiento dificilmente compaginable con la obligación de miles de asturianos de salir a trabajar/estudiar fuera y con la cintralización de la economía a nivel estatal que hace imprescindible los viajes a Madrid de muchos empresarios asturianos
El ejecutivo destina desde 2014 alrededor de tres millones anuales de euros en incentivos en conexiones aereas dirección Asturies, como «fomento del turismo como fuente de ingresos para la economía asturiana». Los resultados de esta inversión son poco visibles: los 65 minutos que dura el trayecto Asturies-Madrid suben de precio cuasi mensualmente.
Con la fuga de compañias y en concreto, con el abandono de Easyjet, el precio medio de ida y vuelta a Madrid con la única aerolinea que cubre el trayecto (Iberia) ronda los 520 euros. De hecho, volar a Asturies desde Madrid (o al revés) cuesta hasta un 26% más que, por ejemplo, a Cataluña y un 22% más que a Santander y Bilbao. Volar a Europa es mucho más asequible, cuesta el doble llegar capital de España que a la de Inglaterra o Italia, pero aquí hallamos con la dificultad del número de vuelos, ya que Asturies tiene el ratio de vuelos internacionales más bajo del estado.
La desaparición del Ferry que salía del puerto del Musel dirección a Francia ha sido otra via cerrada para la movilidad asturiana, y el llamado corredor ferroviario del Atlántico, que direutamente no pasa de Bilbao por el Cantábrico, completa el desolador panorama de incomunicación asturiano.
Nuria Prendes
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