La huelga general convocada en casi todo el Estado terminó casi antes de comenzar en el resto de los territorios, solo en Asturies miles de mujeres y hombres se negaron a volver sin más para casa y decidieron continuar en la lucha para acabar con la precaria situación política, económica y social que padecían. Fue el inicio de una revolución.

En el amanecer del 5 de octubre de 1934 se declaraba en Uviéu la República Socialista de Asturies, mientras las fuerzas obreras de diferente seña (comunistas, anarquistas, socialistas…) atacaban varios cuarteles de la Guardia Civil y otros centros de poder por toda Asturies, mostrando el poder obrero, sobre todo en las cuencas mineras y toda la zona centro durante 15 días, antes de que la represión a cargo del gobierno español hiciera caer todo su peso represivo sobre nuestro pueblo, dejando un saldo de más de 1.200 muertos entre los revolucionarios frente a los 300 entre militares, guardias civiles y guardias de asalto. Sin olvidar la brutal represión posterior que, aún así, no se puede comparar a la que se padeción después de la Guerra Civil.

Una revolución tiunfante y una República Asturiana, aplastada salvajemente por la República española y que tres años después se declararía de nuevo soberana e independiente.

En este 84 aniversario, como en los anteriores, no habrá homenajes oficiales, ni actos en memoria, ni una palabra de nuestra historia en los libros de textos: nuestros hijos estudian a los comuneros de Castilla y a los revolucionarios franceses, pero desconocen los hechos protagonizados por sus bisabuelos a la puerta de casa. A pesar de la descomunal repercusión nacional e internacional de la Revolución de Octubre del 34, España trata de que se olvide la heroicidad del pueblo asturiano. La represión más o menos directa padecida por los asturianos desde entonces (lingüística, cultural, social, obrera…) y la mano de hierro con la que se controla desde Madrid todo lo que se decide para Asturies son consecuencias directas de este alzamiento del pueblo asturiano, un castigo con el que hacen por mantenerlo cabizbajo, sumiso e ignorante de si mismo.

Cabe destacar los paralelismos de aquellos tiempos con los actuales, salvando las lógicas distancias, el lodazal político y la precariedad social y económica, el ascenso del fascismo, la emigración forzada, la falta de justicia y de expectativas de futuro, la dependencia de Asturies del estado español… La unidád del movimiento obrero en Asturies, la conciencia de clase y de la necesidad de autogestionarse independientemente del estado fueron la clave para que la revolución tirase para alante en el país. Si olvidamos eso, como pretenden, habremos perdido el camino.

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