El auge de grupos nacis y fascistas permite que se multipliquen las amenazas y agresiones contra personas y organizaciones de izquierdas, amparadas en la impunidad legal y mediática de estos colectivos de extrema derecha española
En febrero el año pasado una manifestación antifascista recorría las calles de Llangréu denunciando los continuos ataques de grupos organizados de extrema drecha, tanto a inmigrantes como a organizaciones sociales y politicas de izquierdas -amenazas, coches destrozados, móviles robados, puertas pintadas, destrozos en locales, sabotajes a monumentos históricos e incluso numerosas agresiones personales-.
Sin embargo, ha sido necesaria una muerte, la de Javier Ardines- para que la prensa se haya hecho un poco eco de la situación de acoso en la que vive la izquierda asturiana. La impunidad en la que se mueven estos grupos españolistas permite que aún no se haya dado con los asesinos de Javier, pero también que la alcaldesa de Riosa reciba amenazas de muerte, y que no pase nada, que José Manuel Pello, concejal, encuentre destrozado su coche con menacies de muerte grabadas (DEP) y no pase nada, y ahora que el concejal de Urbanismo de Uviéu, Ignacio Fernández del Páramo, reciba un anonimo con cuchillo en el mismo centro de trabajo. Todo ello en menos de dos meses. Todo ello sin consecuencias.
Nuria Prendes
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