El cierre simbólico de los comercios de Les Arriondes llama la atención sobre las consecuencias de las compras masivas y el seguimiento de estas manipulaciones publicitarias de las grandes empresas
Los negocios de Les Arriondes amanecieron el viernes 16 con carteles de cierre, muchos ofreciendo venta, alquiler o traspaso, los escaparates tapados, las puertas cerradas. No fue más que un susto, una medida tomada por los comerciantes del pueblo para hacer a la gente percatarse de las consecuencias reales de seguir en masa los dictados comerciales de las grandes empresas. Querían revindicar el pequeño comercio dias antes del inicio el Black Friday.
No tenemos constancia de si la medida ha tenido repercusió entre los parragueños, lo que si sabemos es que, en general, decenas de miles de asturianos acudieron en tropel a la llamada de las multinacionales, apiñándose en aparcamientos de centros comerciales y aguantando colas interminables para ahorrar 5, 10, 15 o hasta 50€ en algo que no pensaban comprar, siendo muchas veces el ahorro menor del gasto en combustible invertido para superar la caravana de entrada.
Dan igual las denuncias de Asociaciones de Consumidoras, demostrando que los precios con descuento no son, en bastante casos, tales, sino burdas manipulaciones del «precio anterior», da igual las protestas de los trabajadores que no reciben un céntimo por la carga extra de trabajo, ni los avisos de los pequeños comerciantes sobre las consecuencias para la economia general de enviar los beneficios a varios países de distancia.
Como ratones detrás de un brillante flautista, los consumidores asturianos han seguido la consigna a la perfección y se han lanzado a comprar como descosidos, a través de interneto en los grandes centros comerciales del país, arrebatando de las manos de las multinacionales sus stocks invendibles antes de comenzar la tradicional subida de precios navideños.
Mientras tanto, en nuestros pueblos y ciudades los comercios van muriendo, convirtiéndonos en pueblos fantasmas de puertas cerradas. No solo afecta a los comerciantes, la riqueza sale del pueblo, sale del país, revierte en otras familias que no son las nuestras. A corto plazo se vacian las tiendas, a medio las calles, a largo los pueblos.
En Les Arriondes ya han tenido un atisbo de lo que puede llegar a ser su pueblo, en el resto de Asturies podemos imaginarlo. Otras cosas dependen de las administraciones, esta, de nosotros.
Llucía F. Marqués
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