El «Principado» vuelve a verse obligado a reconocer que incumple la Ley de Uso y Promoción del Asturiano al estar recogido en un impreso oficial de Servicios Sociales específicamente que «toda documentación deberá presentarse en lengua castellana
En el milésimo incumplimiento de la legalidad, un impreso oficial de una convocatoria de una consejería del Gobierno de Asturies pide, en mayúsculas y en negrita, que no se utilice otra lengua que no sea el español, en clara contraposición a lo que dicta la Ley de Uso vigente. Una vez más piden disculpas y se conforman con anunciar que «lo subsanarán pronto», sin que el incumplimiento reiterado de una ley tenga más consecuencias.
No hace ni un mes que el «Principado» ha tenido que pedir públicamente disculpas a la mujer a la que se le negó atención telefónica por hablar asturiano y hace menos de un año que un padre denunció que en el instituto de su hija no se le permitía presentar una carta en nuestra lengua, lo mismo que le ocurrió a otro ciudadano en el Ayuntamiento de Sieru. En Noreña fue el mismo concejal el atacado por leer una moción en asturiano, y el alcalde de Bimenes fue insultado por el mismo motivo. En marzo Renfe se negó esplicitamente a utilizar la toponimia oficial asturiana y el año pasado Alimerka saltó a las noticias por prohibir a su empleadas la utilización del asturiano para dirigirse a los clientes. A estas alturas de curso, por lo menos 6 centros de secundaria siguen sin profesor de llingua y todavía la semana pasada en un grupo hostil a los derechos lingüísticos se amenazaba de muerte a los asturhablantes, sin consecuencias legales.
Estos son nada más algunos de los casos denunciados (muchos de ellos a través de Iniciativa pol Asturianu) pero, como en todas las cuestiones en las que se ejerce la violencia sobre un colectivo, la realidad es que la gran mayoría no se denuncian.
La asturfobia está presente en todos los ámbitos, el asturhablante padece acoso en el ámbitu laboral, académico, político y asociacional. La Ley de Uso no solo es insuficiente, sino que no se cumple, ni siquiera por parte de la administración que tendría que velar por su cumplimiento. Para los defensores de los derechos lingüísticos del asturiano, el único camino que podría poner fin a este constante goteo de irregularidades y ataques es la Oficialidad.
Llucía F. Marqués
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