La flota asturiana, con Avilés comu principal referente está en inferioridad de condiciones respecto a Euskalerría, Galicia y más aún respecto a Francia e Irlanda, verdaderos depredadores de la mar

La pesca es otro de los sectores tradicionales asturianos que está en vias de desaparición por su falta de rentabilidad y por la ausencia de medidas para su protección por parte del gobierno del «Principado». Los continuos recortes y exigencia, cargados sobre una de las flotas más ecológicas en su funcionamient de Europa, hacen cada vez menos atractivelo  trabajo en pesca, frenando el relevo generacional. El número de embarcaciones dedicadas a la pesca en Asturies ha caído en más del 50% en la última década, pero aún así las autoridades consideran que «la pesca solo sobrevivirá en el Cantábrico si se reduce el número de barcos en el caladero».

La flota cantábrica cuenta actualmente con 4.861 embarcaciones, de las que nada más 258 son asturianas. Las únicas que hacen campañas rentables en los últimos años son los cerqueros, 9 en Asturies. Las nuevas medidas hacen temer que se pierdan hasta otros cien barcos en un futuro cercano.

El sistema de aplicación de la prohibición de descartes, que implica que un barco dedicado a una determinada especie para la que tiene cuota amplia tendrá que dejar de faenar si por casualidad pesca más allá de la cuota de otra especie que queda sin querer atrapada en las redes, el cierre de la costera del bonito el verano pasado, la veda indefinida del erizo de mar, la competencia desleal de flotas menos respetuosas que la asturiana con el entorno y la nueva -y misérrima- cuota de la caballa son algunos de las obstáculos con las que tendrán que enfrentarse los pescadores asturianos este año.

El salvaje recorte de la cuota de caballa anunciado el mes pasado, más el recorte, recien propuesto por el Ministerio de pesca español, del 25% para pesca accidental, deja a la flota dedicada a este pescado con menos de mil toneladas de cupo, insuficiente para su conservación. Todo ello junto apunta al amarre de buena parte la flota pesquera, y con ello la extinción de otra de las formas de vida más tradicionales de Asturies, la vinculada a la mar.

Llucía F. Marqués

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