Recogemos la queja de una lectora que se pone en contacto con nosotros para informar de una incidencia con el teléfono de emergencias 112, en la que se evidencia las consecuencias de la ignorancia lingüística y geográfica de los servicios de atención al público
El pasado domingo 3 de febrero a las siete de la tarde, en pleno auge de la ola de incendios que abrasa Asturies, M.M.L. llama al 112 para informar de un prado con fuego descontrolado muy cercano a una arboleda. Todo parece indicar que se tratar de una quema de rastrojos que se está extendiéndo, a gran velocidad, por la ladera, con al menos cinco focos de considerable tamaño que el viento esparce rapidamente.
Lo primero que llama la atención a nuestra lectora es el tiempo de atención de llamada: 22 tonos antes de coger el teléfono «una eternidad, nada más pensar que si llamara por un ataque, un accidente o un infarto moría anantes». El alto número de incendios registrados esa tarde puede estar en la causa de esa tardanza.
Cuando cogen el teléfono, M.M.L. relata lo que ve, indicando su ubicación y que desde la carretera donde está puede «vese un práu con dellos fueos al par de la biesca», ante lo que la telefonista muestra su incomprensión. La información es repetida otras tres veces, cada vez más ampliada, con tono más alto y más lentamente, para hacerse entender. Al final su hija, que la acompaña, susurra: «no entiende el asturiano». Efectivamente, la persona que atiende no sabe lo que es un fuéu, ni un práu, ni una biesca.
Una vez cambiado el registro -la situación de emergencia exigía una cierta transigencia lingüística- toca la explicación geográfica: «En Xixón, ´cerca de Pinzales, se ve desde la carretera a Fontaciera, mirando para Arroyo a la altura de la Sidrería Principado». Vuelven los problemas ¿arde una sidrería? ¿el incendio es en Pinzales? ¿en qué barrio queda Fontaciera? ¿Hay un arroyo?.
Finalmente la telefonista decide que la cuestión es asunto de los bomberos y pone directamente a M.M.L. en contacto con ellos. «»Hai un fuéu cerca de Pinzales, garrando la carretera Fontaciera, un práu con dellos fueos al par d’una biesca, per onde la Sidrería Principado» «¿hacia Arroyo? vamos pallá» y así, tras apuntar el teléfono de la informadora, todo arreglado.
27 minutos de nada más tarde, la llamada de emergencia fue exitósamente recogida y, confiamos, el fuego apagado.
Nuria Prendes
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