Esa es la conclusión que debería sacarse de la Encuesta de Fecundidad del INE recién difundida y no que las asturianas no queramos tener bebés
Recoge la encuesta que el 21,4% de las asturianas menores de 40 años no se plantean tener hijos y que nuestro país la tiene menor tasa de recién nacidos por mujer.
Asturies necesita, para equilibrar el saldo vegetativo de la población, unos 6.000 chiquillos más cada año, pero la tasa de fecundidad (1’15) es la más baja el estado. Además, son quienes tienen más de 35 años -con la mayoría de hijos al menos en edad escolar- quienes suben esta tasa,ya que entre los 30 y 34 años la tasa cae al 0’49 y nada más 0’13 hijos por mujer menor de 30 años, lo que sumado a la baja motivación por la maternidad futura recogida en la encuesta hace intuir un importante reducción en los próximos años.
Tener hijos es una decisión muy personal y está claro que habrá asturianas que no quieran por otros motivos, pero no puede negarse que formar una familia en Asturies en la situación socioeconómica actual es un acto de fe y una actividad de alto riesgo.
La precariedad laboral, los salarios de miseria, el difícil acceso a la vivienda y las nulas posibilidades de conciliación laboral son argumentos suficientes para pensárselo dos veces anantes de tener un bebé, porque ¿Quién se atreve a ello cuando no sabes de que vivirás mañana? con la espada de Damocles de la emigración continuamente encima la cabeza y unos servicios sociales lentos e ineficientes, los asturianos no cuentan con la estabilidad precisa para sacar adelante su descendencia.
Aún así, hay un 78% de valientes que responden afirmativamente a la pregunta, si, dicen, quieren tener hijos. No es suficiente para recuperar misérrima demografía asturiana, pero no podemos echar a hombros de las mujeres la responsabilidad de frenar un problema demográfico causado por intereses de otro tipo.
Para subir natalidad en Asturies basta con ofrecer un futuro.
Llucía F. Marqués
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