Para los asturianos la Semana Santa es tiempo de sidra y fiesta, de alegría contrapuesta a los costumbres españolas de tristeza y religiosidad. El Sidracrucis es la única procesión 100% asturiana
Tiempo de espichas, de abrir toneles y degustar el resultado de un año de espera y trabajo, la Semana Santa abre oficialmente la temporada sidrera, y en ella dos eventos son los protagonistas: la Primer Sidre l’Añu, que celebra en Xixón su décima edición, y el Sidracrucis, que con 26 ediciones ya multiplica por cinco los años de otras celebraciones menos nuestras que en los medios nos quieren vender como «tradicionales».
Este año el escenario principal del Sidracrucis ha sido Xixón, con salida en la plaza Pelayo y solemne procesión por seis sidrerias de Cimavilla: Casa Rober, La Tabacalera, El Diablicu, El Velero, La Casona Jovellanos y El Lavadero, siguiendo a las gaitas y a una botella de sidra de metro y medio.
De ahí han pasado por la Primer Sidre l’Añu, el Mallu del Infanzon, el lagar de Sidra Cabueñes y finalmente, Casa Pepito, en Pión. Los organizadores del Sidracrucis informan de que los penitentes no han padecido daños tras tan intensa demostración de pasión sidrera y se encuentran todos en buenas condiciones.
Llucía F. Marqués
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