Dos son los factores que influyen en este dincremento de la emergencia social: por un lado, la falta de empleo y la precarización laboral, facilitada por la tendencia a la hostelería y el turismo, y por el otro el efecto llamada de una área Metropolitana que no un es capaz de absorber la demanda de medios que la masificación genera

Las ayudas a la emergencia son las que se dan para cubrir necesidades más básicas de la persona. En nada más dos años, el doble de gijoneses necesitan este servicio.

De acuerdo a la memoria presentada por la Fundación Municipal de Servicios Sociales, de las 199 personas que han solicitado esta ayuda, 57 no la han recibido. Cinco de las solicitudes aprobadas eran para casos de muy extrema necesidad, ello es, en situación de riesgo de inanición. Las otras 137 aún no alcanzaban ese punto, pero necesitaban con urgencia dinero para vivienda, suministros o incluso servicios funerarios. Los barrios más afectados son El Llano y Xixón Sur, siendo la Arena donde menos solicitues  se  han registrado y la zona centro la quemayor crecimiento relativo ha experimentado.

El 40’4% de las familias que reciben ayudas municipales en un tienen dar ingreso mensual e otro 17’44% entran menos de 400 euros al mes. Las personas en situación de necesitar ayudas son principalmente mujeres (el 71%), medrando el porcentaje de mocedad y personas con estudios, ser familias biparentales el modelo que menos las solicita.

El perfil es bien distinto al que se encuentra entre los usuarios de la Red de Inclusión Activa de Xixón (Asociación gijonesa de Caridad, Cáritas, Fundación Siloé, Mar de Niebla y Albergue de Covadonga) que aporta principalmente servicios de comedor y un lugar donde dormir y que atiende a otras 5.545 personas, mayoritariamente varones no asturianos (70,8% españoles inmigrados), solteros y sin cargas familiares. Es de destacar que un 10% de ellos cuentan con estudios universitarios.

A pesar de esta situación en la que vive buena parte de la población gijonesa, el gasto municipal total en ayudas de emergencia e integración ha sido de 50.000 euros menos que en el año anterior.

Llucía F. Marqués

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