Por debajo de la noria, la fragancia a patata asada y el estruendo de chiringuitos y coches de choque, transcurre la verdadera Semana Negra, la que mantiene parte del espíritu social y cultural con el que naciera este evento
El tren de la Semana Negra fue recibido por las Asambleas de Trabayadores en Llucha, que expusieron y visibilizaron algunos de los diversos conflictos laborales y sociales vigentes, mostrando la realidad de una Asturies que pelea contra los despidos, los cierres de empresas, las privatizaciones, los recortes, la criminalización de la protesta y las injusticias sociales. Los presentes aprovecharon la ocasión para mostrar también, de manera espontanea, su rechazo a las «autosubidas de sueldos», gritando ante la alcaldesa de Xixón y otros cargos municipales presentes en la inauguración «Menos subidas, más empleos».
Seguidamente, la charanga Ventolín, conocida por su revindicación internacionalista, solidaria y republicana, ha protagonizado un pasacalles por la feria, parando en la haima saharaui y uniendo en una misma las revindicaciones de los pueblos asturiano, colombiano, palestino, saharaui, sirio y en síntesis, del mundo entero.
También dentro la programación oficial podemos encontrar, además de la presentación de decenas de libros, algunos actos de marcado talante de denuncia y/o revindicativo, como la participación de Asturies Llaica, que ha analizado la estructura del estado español, su relación con la iglesia católica y la necesidad de crear un estado verdaderamente laico que permita el avance social sin privilegios ni obstáculos propios de siglos pasados.
En los próximos dias, dentro de la programación, podrá escucharse la voz de las mujeres en lucha, los refugiados colombianos en Asturies, el Observatorio de menores desaparecidos o la denuncia contra la uberización como normalización de la precariedad, entre otros muchos eventos que se pueden consultar en el programa de la Semana Negra.
Nuria Prendes
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