En el Día Mundial Contra la Minería a cielo abierto, plataformas y movimientos sociales de toda la Península Ibérica revindican el NO a la extracción especulativa y contaminante
La Plataforma Oro No de Tapia de Casariegu se une a otras 16 en su lucha para paralizar decenas de expedientes solicitados para la implantación de minas de alta contaminación por toda la Península Ibérica.
Denuncian el lavado de cara que, desde los medios de comunicación y algunas instituciones quieren hacer de la megaminería, vendiendola con la premisa de creación de empleo y asentamiento de la población. El hecho es que, de acuredo a las estadísticas oficiales, la media de trabajadores en una de estas minas es de menos de 15 personas, un número bien inferior al de puestos de trabajo destruidos en sectores sostenibles preexistentes y que desaparecerían de permitir minas. Es el caso de Salave, donde la implantación de la mina de oro llevaría por delante siglos de tradición agrícola y ganadera, al tiempo que arruinaría a las personas que viven del turismo.
Los proyectos en estudio, de llevarse a cabo, tendrían un fuerte impacto en la utilización de recursos naturales no renovables, agotando la tierra fértil y acaparando agua, que vuelve a los acuíferos contaminada con metales pesados y tóixcos químicos. Desde la unión de plataformas antimegaminería denuncian además que algunos de los lugares en los que se solicita implantar minería son Patrimonio Mundial Agrícola, como Covas do Barroso, en Portugal o Patrimonio de la Humanidad como la ciudad de Cáceres.
Nuria Prendes
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