Berta Piñán se dirige a la Xunta en asturiano. La mandan callar. Sabía que la iban a mandar callar. Calla. Empieza a hablar en español. La presidencia de la sala, del PSOE, no interviene para garantizar sus derechos. Un caso más entre miles de asturianos que, al ser reprimidos, prefieren cambiar a la lengua impuesta que enfrentarse a un sistema que, en el caso de Berta, ha sido instaurado por el mismo partido que ella representa
La campaña mediática está en todas partes, con la correspondiente, lógica y justificada indignación: que Berta no haya podido hablar en su lengua en su trabajo es un abuso de poder, una evidente violación de derechos, una acción colonialista represora sin disculpa… pero cabe preguntarse ¿Porqué? ¿De dónde surge esa represión?
Como en el cuento el cazador cazado, el represor reprimido prefiere hacerse víctima anantes de reconocer, en este caso, que ha sido el PSOE quien creo las bases para este abuso.
Así por el menos lo ven desde Andecha Astur, que no duda en recalcar «de aquellos vientos, estos tornados», aludiendo a la infinidad de represiones y microrepresiones que el PSOE ha permitido, ha alentado y ha protagonizado en las últimas décadas. «Consideramos que el silenciamiento -rápidamente acatado- de Berta Piñán no es sino la consecuencia de la falta de derechos y libertades que los asturianos padecemos a diario y de continuo, que son a su tiempo consecuencia directa de las políticas aplicadas año atrás año por el PSOE».
La organización nacionalista es una de las que, por de su compromiso, más ha padecido esta represión: votos legales anulados por estar papeletas en asturiano, dificultades para presentarse a las elecciones por usar propia lengua, documentos rehusados por estar escritos en asturiano… todo ello bajo el mandato el PSOE y con la aquiescencia y silencio cómplice de los mismos que ahora, ante el enésimo intolerable ataque a la lengua, reaccionan echando las manos a la cabeza.
Sin embargo, tampoco ellos son los únicos: a los colegiales y universitarios asturianos, sin ir más lejos, se les impide usar su lengua a diario, lo mismo que a cientos de trabajadores en el desarrollo de su trabajo, especialmente aquellos que lo desarrollan cara al público. Presentar un documento en asturiano, pese a ser legal, requiere una convicción y un valor importante, los problemas están asegurados. el asturfobia está ahí, para todos y en todos los ámbitos, fijada y mantenida por las políticas lingüísticas vigentes, por la falta de desarrollo y la ausencia de cumplimiento de la Ley de Utilización y Promoción, por la falta de Oficialidad.
Nuria Prendas
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