Si te roban mientras duermes es robo, y matar o pegarle una paliza a un durmiente no exculpa al asesino. Si te violan, aunque solo tengas 14 años, ya es otra cosa… y sin, mirad que bien le fue a la Bella Durmiente…
La primera versión conocida de la Bella Durmiente es la escrita en 1634 Italia por Giambattista Basile y difiere bastante de la versión de los Hnos. Grimm, escogida por Walt Disney para su película. En ella, el noble que entra en el castillo y encuentra a la Bella decide violarla, aprovechando que está incosciente y que no se entera, dejándola preñada de gemelos, que serán quienes la despierten más adelante en el cuento.
Nos quedaremos en esa primera parte. La violación -nadie dudaría en llamarla así- de la princesa y su dulcificación a un solo «beso de amor» recuerda la sentencia el caso de Manresa, contra la que nos manifestábamos ayer. Con algunas disferencias: la menor era aún más niña que la Bella Durmiente, había una pistola por medio y no ha sido uno, sino cinco, los violadores.
Empero la ley española dice que si la víctima estaba incosciente, que si sus atacantes no han necesitado intimidarla o violentarla, y que, si no un hubo ni una cosa ni la otra, no ha sido agresión ni violación, sino abuso. Ignoran, al parecer, el Convenio de Estambul incluido en el BOE en 2014, que define como «violencia sexual» la penetración «no consentida» o «los demás actos sexuales no consentidos». Vamos que con dormir a cualquier persona tienes derecho a hacer lo que te apetezca con ella.
Ayer los asturianos y, sobre todo, las asturianas, salieron a la calle a protestar por esa sentencia. Quizás fuera más útil cambiar el marco jurídico que la permite, el sistema judicial que la sustenta, el gobierno que la consiente y el estado que la respalda.
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