Con el caso del octogenario encontrado en el trastero han sido siete las personas mayores hayadas en el 2019 tiempo después de su muerte sin que nadie diera aviso de su desaparición
Un varón de unos ochenta años aparece muerto en un trastero, solo, olvidado, helado, como uno más de los trastos abandonados que se amontonan en cuartos mínimos cuando ya no sabemos que hacer con ellos. Ha Pasado en Xixón, bajo los 560.000 euros en luces de collores que pagó el ayuntamiento para hacer brillar “el espíritu navideño”.
De las circunstancieas del finado no ha trascendido -por ahora- a prensa más datos que su edad y su precaria situación económica, que ha sido la que le ha forzado a dejar su hogar y trasladar su residencia a los trasteros. Llevaba meses viviendo allí sin que se tomara ninguna medida para mejorar su situación, pero nadie le echó en falta hasta que el hedor de la descomposicion alertó a los vecinos.
En Asturies viven solas más de 64.000 personas mayores de 65 años, muchas con pagas que no llegan a los 600 euros, muchas también con problemas físicos y mentales; los hospitales alertan del incremento del número de pacientes de avanzada edad que, estando enfermos, no tienen quien cuide de ellos. Su familias en muchos casos viven a miles de kilometros, emigrados, y ningún plan garantiza su atención ni les protege de deshaucios.
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