El mayor descenso se debe a cierres de pymes y comercios en la zona rural
Después de los duros datos con los que se despedía el anterior ejercicio, con 1.051 autónomos menos, se creía que el 2019 pasaría a la historia como uno de los piores años para los trabajadores por cuenta propia. En cambio, el 2020 ha entrado con fuerza, faltando nada más un autónomo para redondear a 400 la cifra, más de un tercio de los perdidos en todo el año anterior.
El comercio y las explotaciones agrícolas ganaderas llevan la peor parte, siendo los concejos más alejados de la llamada «Área Metropolitana» y el medio rural en general los más afectados. Se da así una vuelta más al círculo vicioso en el que lleva décadas insertada Asturies, a menos población, menor movimiento económico, cierre de empresas, pérdida de trabajo y de servicios, que lleva a la población a desplazarse a otros lugares, vaciando los pueblos y retornando al punto de partida.
Tanto en los datos del año pasado como en los del inicio de este destaca el incremento de la proporción de autonomos empleadores que se han dado de baja, lo que implica que su cese ha acarreado la pérdida de empleo de los trabajadores que tuvieran contratados.
Nuria Prendes
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