Tal como ha reconocido el presidente el «Principado» al inicio de la pandemia, cerrar la entrada a Asturies sería una medida emportante para evitar la difusión del coronavirus; sin embargo no tiene competencias para ello. Por tanto, desde Andecha Astur piden la intervención de los concejos y que no se cargue a la población con la responsabilidad de denunciar a los turistas
La primer oleada de visitantes a las zonas más turísticas y a los pueblos de Asturies, ocupando su segundas viviendas y alojamientos rurales, multiplicó en unos días la difusión del coronavirus, llevándolo a zonas en las que, por su aislamiento natural, estaban hasta entonces protegidas y colapsando los servicios médicos, ya escasos para la población autóctona.
El propio Barbón reconocía entonces su míseros poderes al declarar explicitamente que él cerraría con llave Asturies para frenar los contagios, pero que España no lo dejaba.
En la Semana Santa, cuando las cifras asturianas ya empezaban a remontar lo peor del coronavirus, una nueva marea de turistas anega Asturies, sin que el Estado Español parezca ser capaz de controlarlo. Desde el «Principado» vuelven a reconocerse incompetentes y Barbón deja en manos de los ciudadanos la responsabilidad del control del movimiento de masas, pidiendo a la población que denuncien la ocupación de las viviendas de segunda residencia que están acogiendo otra vez a su dueños forasteros.
Ante esta situación, Andecha Astur pide que sean los ayuntamientos, precisamente «la administración másc cercana al ciudadano, los que muestren coherencia y compromiso con su vecindad, asumiendo con confianza la misión de controlar ocupación de viviendas de segunda residencia y exigiendo al Estado la intervención, control y sanción de cada caso concreto» y acusan a Barbón de querer ocultar su falta de poder real llamando a la ciudadanía a ejercer de lo que en esta crisos se denomina “policía de balcón”,arreando a los vecinos a convertirse en chivatos, algo que señalan «no va a fortalecer la calidad democrática de nuestra convivencia».
Cuestiones sanitarias al margen, esta situación refleja tanto el incumplimiento de sus funciones por parte el Estado español como las deficiencias de la política territorial, cultural y turística del “Principado”que con su apuesta por el turismo está convirtiendo algunos concejos de Asturias en parques temáticos del paraiso, sembrados de chalets veraniegos «generando problemas en la conservación de la identidad cultural, dependencia económica, especulación urbanística, encarecimiento la vivienda, empeoramiento de la calidad de vida de los asturianos de esos concejos, etc.».
Es de destacar que los que llegan a Asturies no son el pueblo llano español, sino la gente de la clase más alta, que pueden permitirse mantener su casita de vacaciones, y que destruyen con su presencia todo el esfuerzo hecho por los asturianos para contener la enfermedad.
Nuria Prendes
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