Lo tengo todo planeado. Será un sábado de los buenos, como los de antes; y eso que no tengo perro
Mañana empiezan las medidas de desconfinamiento, y debo confesaros que me voy a ver un poco apurada, porque no un se que da no aprovechar cuando te dejar salir y a mí me queda un horario un poco apretado, me sale una jornada laboral casi completa.
Veréis, a las 9 en vilo salgo a la embarcadero con leggins y la sudadera mi hijo y doy un voltio, a paso veloz y a un metro y medio de distancia, con mi colega, que hace tiempo que no nos vemos; a ver quien me dice que no un estamos haciendo deporte.
De 10 a 11 salgo con mi padre y de 11 a 12 con mi madre, que va siglos que no los veo más que por la ventana y ya es hora de charlar un poco y ponerse al día. A las 12 podría salir e con los niños, pero como tengo tiempo hago primero la compra por el barrio y a eso de la una me pongo con el almuerzo. A eso de las 4 saco a pasear al primer niño; son tres, así que me da justo hasta las siete, fin del horario infantil. Por poder podría dar otra vueltecita por la noche, pero no creo que me queden ganas, que ya llevaré siete horas… a no ser que me llamen para quedar y entonces salgo un ratito, hacia las once.
Debo poner todas las alarmas en reloj , que sino acabaré por salir a andar en bici entre los viejos y con la compra colgando, que me conozco.
Si trabajara fuera de casa, entonces otro gallo cantaría. Ya antes del desconfiamiento, había oido decir que es imposible comprar antes de las ocho si sales de trabajar a las siete y media y que con un poco suerte podían sacar a los niños media horita antes de las nueve. Ahora me da la impresión de que sus hijos no pisarán la calle. Pero bueno, no pasa nada, siempre podrán salir a correr a las 6 de la mañana o a las 11 la noche.
¿Y los que viven solos? a esos los reconoceremos por su look de vampiro deportista, porque el sol no lo van a ver más que desde la ventana.
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