A Adrián Barbón le falto tiempo y en el primer día de la «desescalada» ha soltado el aviso: «Debemos revisar todo el gasto, incluido el de personal, ante el coste de la pandemia»
El virus ha dejado clara la importancia de reforzar servicios públicos -como el sanitario, el de atención a la dependencia o las residencias- y de valorar en su medida a los profesionales que trabajan en ellos. En cambio, las decisiones tomadas en Asturies parecen ir en dirección contraria, la de recortar aún más. Las recientes declaraciones del presidente del «Principado» rompían las esperanzas, ya no de mejorar sus condiciones laborales, sino siquiera de mantenerlas, del funcionariado asturiano, incluyendo aquellos a quienes más hay que agradecer estos días.
Tras los aplausos viene la bofetada ya está en el aire la bajada de salarios de todo el personal sanitario que tan importante se ha demostrado durante esta crisis y que han padecido en primera persona los recortes que los sucesivos gobiernos del PSOE va imponiendo a la sanidad asturiana. También el de las trabajadoras de residencias y cuidado a dependientes, primerísima línea en esta batalla, o los profesoras, obligados a convertirse en expertos informáticos de la noche al día, o el personal de emergencias, al pie del cañón.
Asturies, eso si, la rechaza la rebaja de sueldo para los políticos y garantiza los fondos a SOGEPSA y AUCALSA
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