En la columna de Opinión que el ex-presidente del «Principado» Antonio Trevín escribe para el diario La Nueva España se ha difundido ayer un artículo que puede ser fácilmente interpretado como apología del terrorismo de estado
Bajo el sugerente título de «Manda Huevos», Antonio Trevín dedica su columna periodística a la trama el GAL y la investigación de Felipe González por su creación. En la misma comienza calificando la persecución del GAL de «leyenda negra», desacreditando a los grupos del congreso que acaban de solicitar la apertura de una comisión que investigue la participación de Felipe González en la creación del GAL; por el camino, desacredita no solo a estos partidos y a quienes apoyan la investigación, sino a numerosos medios de comunicación e incluso a la CIA.
A continuación, pasa directamente a la justificación de los Grupos Antiterroristas de Liberación «Que sucedieron a la Triple A y al Batallón Vasco Español», dejando entrever que son poco menos que héroes de la patria y comparándolos con hechos parecidos -y de semejante gravedad- acaecidos en diversos países europeos. Se cura entonces en salud, calificando en una sola línea de «execrables» a los crímenes de estado, para continuar con un amplio panegírico enalteciendo la encomiable labor del gobierno de Felipe González, calificando los delitos de los Gal, si no como necesarios, al menos beneficiosos y disculpables y dando a entender que la condena a su ministros no solo ha sido innecesaria e inmerecida, sino que ha paralizado el avance de España hacia la modernidad.
En síntesis, el texto pone en duda no solo la necesidad de pedir responsabilidades a Felipe González -cuya responsabilidad en los GAL no pone en tela de juicio en ningún momento-, sino que da su aprobación a los asesinatos cometidos en nombre del estado.
Es comprensible, por otro lado, la tribulación del ex-presidente por la petición de responsabilidades a un presidente por lo ocurrido durante su mandato, teniendo en cuenta que sus buenos camaradas, Jose Luis Iglesias Riopedre y Maria Jesús Otero, cumplen condena en prisión mientras él sigue en la calle.
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