La estela de corrupción dejada tras de si por el ex-presidente del “Principado”,que pasará a la historia como uno de los mayores responsables del arrasamiento económico, social, medio-ambiental y cultural de Asturies, no ha tenido aún la necesaria consecuencia jurídica -aunque fuera a título póstumo- por su implicación en casos como el de El Musel, Riopedre o el Caso Villa, a los que se suma ahora el del Niemeyer
El ex-director del Centro Niemeyer, Natalio Grueso, acaba de ser condenado a ocho años de cárcel por las irregularidades que se le imputan en su etapa al frente del mismo, como autor de un delito continuado de malversación de caudales públicos, en concurso con otro continuado en falsedad en documento mercantil. La Parte Tercera de la Audiencia Provincial, que ha juzgado el caso, atribuye al entonces secretario de la Fundación Niemeyer, Jose Luis Rebollo, un delito continuado societario, por el que lo condena a dos años, mientras que impone una condena de 7 años y medio al agente de viajes José María Vigil por un delito de estafa en concurso con otro de falsedad documental mercantil.
Dejando a un lado lo escaso de las condenas, con todos los recursos por delante, la sentencia deja en evidencia al fallecido ex-presidente del “Principado” Alvarez Areces, que ostenta aún la Medalla de Asturies en categoría oro concedida por el «Principado» a título póstumo y la de hijo Predilecto concedida por el Ayuntamiento Xixón.
Ya en el 2014 Andecha Astur había pedido que se le llevara a los tribunales como responsable de la Fundación Niemeyer, quedando patente el intento de librarse de la justicia del ex-presidente con su negativa a declarar ante la comisión parlamentaria que investigaba la gestión del Niemeyer, centro del que pretendía ser presidente vitalicio.
Durante el actual juicio han sido varias las voces que han apuntado directamente a la participación de Areces en la trama de corrupción de la Fundación, una parte más de la descomunal mafia que el PSOE tiene montada en Asturies.
Así, durante el juicio Grueso reiteró en algunas ocasiones que era el entonces presidente Vicente Álvarez Areces quien daba las ordenes, aportando detalles de con quien despachaba, para que y con que frecuencia. Jose Luis Rebollo apoya su versión, declarando que el patronato de la Fundación Niemeyer estaba controlado por «personas y cargos públicos todos ellos del PSOE y era el señor Areces quien les daba las órdenes oportunas, porque era su jefe».
Rebollo ha implicado también a otros cargos políticos «Yo despachaba habitualmente con el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y con su secretario técnico y viceconsejero, Víctor Manuel Suárez. Por otro lado, despachaba con la consejera de Cultura y también lo hacía continuamente con la alcaldesa de Avilés».
Areces ha llevado a su máxima expresión la política del PSOE en Asturies, redes clientelares, financiación ilegal y beneficios personales a costa del Pueblo Asturiano. La férrea protección de su figura y su impunidad en la descomunal trama de corrupciones en las que se vio implicado durante su mandato hacen intuir una continuidad entre sus políticas y las de sus sucesores al frente del PSOE y del “Principado”.
Nuria Prendes
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