La obligación de mantener unas medidas sanitarias extremas ante la vulnerabilidad de los usuarios choca con la necesidad de atender a quienes quedarán sin escolarizar
Los Centros de Apoyo a la Integración son un proyecto nacido en Asturies con el propósito de mejorar la calidad de vida y la integración laboral y social de las personas con discapacidad. El confinamiento impuesto por la pandemia ha sido especialmente duro tanto para los usuarios de estos centros, privados de su lugar de educación y socialización, como para sus familias, por lo que esperan con especial impaciencia la reapertura del curso, prevista para el 22 de Septiembre.
En cambio, no todos podrán incorporarse al año escolar con normalidad: los estrictos protocolos sanitarios fijados para la prevención del COVID en los centros de integración, justificados por la especial vulnerabilidad de su alumnos, impiden la entrada a ningún nuevo usuario, sin que se prevea dar solución alternativa para aquellos que, por edad y circunstancias, les habría correspondido entrar como nuevos este año.
Además, estos centros ayudan a sus usuarios a rematar su etapa escolar, dedicándose el último año a preparar para su vida independiente de los mismos, proceso que no han podido cerrar aquellos que se encontraban en ese punto el año pasado, por lo que sus familias reclaman que se les prorrogue este año para poder completar el ciclo, algo que por ahora no se les ha concedido.
De hecho, y pese a que se encuentran al 75% de ocupación, la admisión de nuevos usuarios sigue sin fecha y la única opción para los no admitidos es la permanencia en casa.
Redaición InfoAsturies
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.