La progresiva desaparición del Patrimonio asturiano, consecuencia del descuidar completamente los vestigios de nuestro pasado, es parte de la política de olvido de la propia identidad en la que Asturies lleva décadas inmersa. Ahora le toca al Turruxón de Peñerudes, a punto de perder su última pared en pie, pero antes que él otras 28 construciones civiles, religiosas e industriales han entrado a formar parte de esta lista de ruinas
El Turruxón de Peñerudes, en Morcín, acaba de ser incluido en la «Lista Roja» del patrimonio en peligro de desaparición que difunde Hispania Nostra
Esta Lista recoge aquellos elementos del Patrimonio Cultural sometidos a riesgo de desaparición, derrumbe o alteración esencial de su valores, al objeto de dar a conocer y lograr su reparación. Su actualización depende de la colaboración ciudadana, que puede informar de la existencia de patrimonio en peligro a través del formulario incluido en la página web de la Asociación, que pondrá entonces en marcha el procedimiento de comprobación con el apoyo de un comité científico que valorará si el monumento en cuestión cumple los requisitos para ser incluido.
Está claro que está pendiente una fuerte labor de información por parte de los asturianos para poner al día este listado, ya que son muchas más las construcciones que precisan de una intervención urgente que evite su desaparición. De hecho, aunque la asociación fue creada como filial de Europa Nostra en el año 1976, no ha sido hasta el 2007 cuando se inscribió la Torre del Castillo de Yabio, primera incorporación asturiana a la lista. Desde entonces son ya 29 los monumentos asturianos incluidos, siendo el Turruxón de Peñerudes y el poblado minero de Bustiello las entradas más recientes.
En el caso del Turruxón, la declaración de Bien de Interés Cultural ha sido inutil y actualmente queda nada más una pared en pie. Su origen se remonta al siglo XII, aunque algunas fuentes barajan un posible origen muy anterior, con reforma posterior a cargo del Rey Ordoño I.
Llucía F. Marqués
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