Falta espacio, faltan medios, pero por encima de todo, falta presonal. Los hospitales asturianos, por mucho que se presumiera, no estaban preparados para la primera ola de la pandemia y no se aprovechó el parón para prepararse para la segunda
Las UCIs asturianas comienzan a saturasse otra vez, los ingresos de pacientes de Covid 19 en planta se aceleran y la sanidad asturiana, ya saturada y con listas de espera inasumibles antes de la crisis, se encuentra ahora imposibilitada para hacer frente a su propio calendario.
La solución puesta en marcha para aliviar esta saturación no pasa por la mayor inversión en sanidad ni mucho menos por la contratación de más personal, sino por la anulación de actividad en otros campos. La derivación de medios casi en exclusiva hacia el coronavirus ya propició agravamientos y muertes en enfermos de otras patologías en la primera ola, con retrasos a veces fatales en cirugías, pruebas y consultas. Ahora algunos hospitales acaban de anunciar la suspensión de su actividad en los quirófanos, mientras que en otros están reprogramándola, limitándose a cirugías muy urgentes o muy sencillas y posponiendo indefinidamente las demás.
Desde la Consejería de Sanidad alegan que la dificultad para abrir nuevas plantas o unidades de críticos estriba en la falta de enfermeras y médicos, algo que contrasta notablemente con el elevado número de profesionales de estas ramas que ahora mismo continúan en paro en Asturies y con el gran número de ellos que se han visto obligados a emigrar del país forzados por la falta de empleo.
Nuria Prendes
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