¿Qué relación ves entre la existencia de presos políticos y el actual sistema monárquico?
En primer lugar, habría que remarcar que en España no ha habido un solo día sin presos políticos desde 1939, sin contar los aproximadamente 30.000 presos políticos de la insurrección asturiana de 1934, que posteriormente fueron liberados por la Amnistía llevada a cabo por el Frente Popular.
A partir del golpe de Estado de julio de 1936 contra el gobierno del Frente Popular, se desata la guerra civil que precede a los 40 años de fascismo abierto que supusieron una represión y una explotación brutal contra todo el movimiento obrero y revolucionario. Durante los años de la “transacción” política, el régimen se vio obligado a reformar el Estado para ampliar su base social y poder entrar dentro de la Comunidad Económica Europea y posteriormente de la OTAN, pues no podía formar parte de ellas siendo formalmente una dictadura fascista.
En aquellos años el movimiento obrero y revolucionario en todo el Estado era muy potente, se luchaba por echar abajo el régimen y por una ruptura, cosa que al final no fue así, pero no vamos a entrar tampoco en muchos detalles al respecto porque nos eternizaríamos…
Se nombra a Juan Carlos como sucesor de Franco, jurando fidelidad a los principios fundamentales del movimiento, y éste designaría a Adolfo Suárez como Presidente del Gobierno en 1976. No hay que olvidar que Suárez también era un hombre del régimen, no un opositor.
Otra cuestión clave de aquella época fue que la naturaleza del Estado no cambió y todos los poderes económicos, militares, judiciales, políticos, etc., continuaron en las mismas manos o en las de sus descendientes. La inmensa mayoría de la hasta entonces oposición política (PCE, PSOE, CNT, etc.) pasa por el aro, cambia sus estatutos y se integra en el régimen, y la disidencia restaste que se oponía a la maniobra de la transición (fundamentalmente el movimiento abertzale, ETA, el Partido Comunista Reconstituido y los GRAPO) son víctimas de la brutal represión y condenados a la clandestinidad. Hubo organizaciones y partidos políticos como el PCE (r) que jamás fueron legalizados, precisamente por denunciar aquella farsa y por su praxis revolucionaria. La Amnistía parcial que decretó el gobierno liberó a cientos de presos políticos, pero hubo concretamente 14 que jamás fueron liberados, y además, a los pocos meses volvía a haber más presos que anteriormente, curiosamente, la mayoría, por luchar por la Amnistía. Hay un hilo conductor desde entonces hasta ahora, pues muchos de los militantes del PCE (r) continúan hoy en las mazmorras del Estado, condenados a una cadena perpetua encubierta, como por ejemplo su Secretario General, Manuel Pérez Martínez “Arenas”.
La única legitimidad de este Estado, si es que tiene alguna, procede del golpe de Estado de 1936. La relación entre el actual sistema monárquico, como lo denominas (que de actual tiene poco, como hemos visto) y la existencia de presos políticos es absoluta. Antes se te fusilaba por oponerte al régimen, hoy se te condena a décadas de prisión en celdas de aislamiento, a la desatención sanitaria y a la criminalización más absoluta. Sigue habiendo multitud de presos políticos por luchar por lo mismo por lo que lo hacían entonces, y mientras no se acabe con las razones que originan su propia existencia, podemos decir que aquí no hay libertades políticas reales para organizarse. La única solución pasa por conquistar una amnistía total para todos los presos políticos, lo cual es un primer paso para poder establecer un auténtico cambio de sistema, que para nosotros, no sería otro más que el socialista.
Asturies estásiendo una de las zonas del Estado con mayor cantidad de respuesta contra la monarquía. ¿A qué crees que se debe esto?
Pues pienso que se debe a varios factores, tanto internos de Asturies como externos.
Uno de ellos es que aquí hay una fuerte tradición republicana dentro del movimiento obrero y popular. Si bien ese sentimiento no ha logrado hasta ahora vertebrarse en movimiento organizado, estas respuestas u otras que se den pueden ser un pequeño paso al respecto. Pero para ello tendríamos que despojarnos de vicios muy arraigados como el proselitismo y el sectarismo, establecer unas bases comunes programáticas, tácticas y estratégicas, enfocadas a cambiar el modelo de Estado, no el gobierno, romper con todas las organizaciones reformistas y posmodernas que para lo único que están sirviendo es para desarmar y fragmentar a la clase obrera, disolviendo la conciencia de clase entre la misma. Es momento de unidad, pero unidad revolucionaria, no abstracta, coyuntural ni practicista.
Otro factor es el amplio descontento social y el creciente descrédito de la Monarquía borbónica, que se lo ha ganado a pulso. Dicha institución es un pilar fundamental del régimen y acabar con ella supondría abrir las puertas para la instauración de una República Popular que integre a todos los pueblos del Estado y ponga todas los recursos al servicio de la clase obrera.
Os manifestais bajo el lema «Asturies Nun Tien Rei», personalización del mismo lema nacido en Irlanda y adoptado por todos los movimientos antimonárquicos del Estado. ¿Dirías que la población asturiana se siente identificada con ese lema?
A nosotros el lema sí que nos parece acertado en ese sentido. Pero también creo, personalmente, que es un error quedarse simplemente en la negación si lo que se pretende es construir un movimiento popular republicano. Quedarse en la negación por intentar atraer “al mogollón”, quedarse simplemente en lo cuantitativo, para lo único que puede servir es para dar respuestas puntuales y para que finalmente la gente se queme. Pienso que si realmente se quiere construir un movimiento de carácter republicano, hay que darle contenido y debatir lo que sea necesario, hay que armarlo ideológicamente y pasar de la negación a la afirmación. Además, creo que las generaciones más jóvenes son y pueden ser muy permeables al discurso republicano, siempre que se le dé un contenido adecuado.
¿Era la primera vez que acudias a los actos de protesta a los Premios Princesa?
Como colectivo sí era la primera vez que asistíamos, a nivel personal no. Llevo yendo al menos los últimos 6 o 7 años. Es una fecha importante para la movilización y para reforzar posiciones y pienso que de una u otra manera hay que aportar tu granito.
¿Cómo viste la movilización?
Primero, tenemos que tener en cuenta como estos últimos años ha ido a menos, cuantitativa y cualitativamente, y la organización de la misma también. Partiendo de eso, y de la situación que tenemos ahora con el coronavirus, personalmente me quedo con que se llevo a cabo y no se dejó ese espacio en blanco. Pero si pasamos a otras consideraciones, echo en falta una buena coordinación y más iniciativa. Si queremos sacar adelante nuevas respuestas y articular el movimiento del que estamos hablando, creo que eso son cosas a mejorar. Por lo demás, me quedo con que había bastante juventud y colectivos de trabajadores en lucha que se unieron sin pensárselo y a los que se les dio voz.
Por último, me gustaría comentar que después de la movilización contra los Premios Princesa un grupo de personas fuimos retenidos, identificados e intimidados por la policía local de Uviéu Por llevar un palo de bandera nos abordaron, nos quitaron el palo, pegatinas y petardos, después de buscar compulsivamente en la mochila “hachis o marihuana”. Por el simple hecho de preguntarle por que se llevaban mis cosas, uno de ellos me amenazó con llevarme detenido y con que me iba a reventar a hostias. Además, dijo que me iba a llegar una multa por desacato a la autoridad.
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