La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) ha registrado el cierre de 153 negocios de hostelería y 52 comercios en un solo mes y antes de que comenzara la fase 2 y las actuales restricciones de horario
Los pequeños empresarios y autónomos se encuentran entre los mayores perjudicados por las consecuencias económicas de la crisis sanitaria del Covid-19. El colectivo, que en febrero mostraba señales de mejoría con el registro de 170 autónomos nuevos, ha perdido de golpe más de mil trabajadores durante el estado de alarma.
Los meses de junio y julio, con la ilusión de la vuelta a la normalidad y el empuje dado al turismo, han sido positivos, con la recuperación de cerca de 600 puestos; pero en septiembre se reinició la cuenta atrás, con 218 bajas registradas, de quienes 153 corresponden a negocios de hostelería y 52 a pequeños comercios de venta al público. Las sidrerías han sido unos de los negocios más afectados por la prohibición de la utilización de la barra, mientras los negocios de ocio nocturno han padecido más las consecuencias del cierre anticipado. Todos ellos han sido perjudicados por el ambiente de temor e inseguridad presente en la población.
A estos cierres habría de sumarse una treintena de bajas de autónomos del sector agropecuario, el siguiente más afectado por las bajas de este mes.
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