Miguel Ánxelu Agudo Rodicio, trabajador de la Sanidad Pública Asturiana participó activamente en la campaña “Sanidá Pública, +Recursos, +Calidá” con la que Andecha Astur llamaba la atención ante la falta de medios de la sanidad pública asturiana, meses antes del estallido de la crisis sanitaria, que obliga a los hospitales asturianos a hacer triajes para decidir quien entra o no en las escasas UCI’s con las que se cuenta
“Los muertos hace días que son tantos que ni siquiera se tienen congeladores para todos en los mortuorios” declara, en una frase que resume la tensión e impotencia, el agotamiento que se vive en el HUCA. El panorama que dibuja es desolador, el Hospital Universitario de Asturies es hoy un descomunal centro de urgencias en el que se lucha a brazo partido por salvar vidas. Ya no hay gimnasio, ni vestuario, ni sala de reanimación quirúrgica, son todas UCIs improvisadas, no hay prácticamente camas libres para ingresos de pacientes críticos que no estén afectados por el covid-19, la atención a otras urgencias, enfermedades o accidentes está bajo mínimos, no hay personal suficiente, no hay sitio, no hay medios.
Para Miguel Ánxelu esto no es casual. Si n hay enfermeras suficientes en toda Asturies para atender demanda asistencial es porque se han ido a trabajar a otros lugares, donde no lleven “décadas ofertándoles sólo trabajo precario, concatenando contrato tras contrato, con su correspondiente pérdida de derechos laborales, como vacanciones, turno estable o disfrute de días generados con el exceso de horas trabajadas. Las y los enfermeros huyen de este país de nuestro, que sólo les ofrece precariedad“. El resultado es que no hay enfermeras suficientes con formación en cuidados críticos, pero igualmente se destina gente sin formar a las UCIs. También, denuncia, está obligándose a quienes trabajen en otras zonas sanitarias de Asturies a presentarse a trabajar en el HUCA, sin que se les pague desplazamiento ni dietas, perpetuando la situación de precariedad que, precisamente, ha hecho irse a otros sitios a tantos profesionales.
Lo mismo pasa con celadores y auxiliares, muchos de ellos llamados por el paro y sin ningún tipo de formación sanitaria. “Tenemos visto algún celador que llega y no sabe ni desfrenar una cama, no digamos ya de movilizar un paciente o la famosa pronación. Evidentemente, no es culpa de esos trabajadores”.
La tarea en las plantas de COVID está teniendo graves repercusiones no solo en la calidad asistencial, sino en su propia salud física y en la estabilidad emocional. En un turno de noche un enfermero puede estar atendiendo a veintidós enfermos “así es imposible una buena praxis enfermera, imposible. Porque sí, muchas veces se ponen algunos pacientes fatal al mismo tiempo, y cuando decimos fatal hablamos… de que se ahogan”.
Otra cuestión sangrante es el rechazo de médicos de especialidades ajenas a neumología e interna a participar en atención a las nueve plantas del HUCA ocupadas por enfermos de Covid-19 -con la excepción de un grupo voluntario-. Para Miguel Ánxelu no es comprensible que la gerencia del HUCA les permita estar en sus consultas, prácticamente vacías – están todas las intervenciones quirúrgicas suspendidas, excepto las de urgencia vital- mientras sus compañeros no dan a basto.
Tampoco le parece de recibo que el “Gobiernín” no ponga todos los medios de la sanidad privada a disposición de la sociedad, como manda la constitución de los españolas “El negocio es el negocio, ya se sabe; y ese el capitalismo lo respeta. La vida estoy abuelo o abuela ya es otra cosa”. Pero en una habla nada más de “abuelos”. La edad media de los enfermos ingresados en las UCIs ronda los 70 años, en parte porque quienes sobrepasen esa edad o tengan patologías previas en un son candidatos a UCI, ello es, en un tienen prioridad.
Esa es la situación, y esos los son responsables.
Aprieta en el enlace para leer declaración completa.
Vidiu de la campaña por la Sanidad Pública Asturiana.
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