Ni siquiera la campaña de Navidad ha conseguido salvar un año desastroso para las cifras de empleo en el país y la emergencia social empieza a preocupar tanto o más que la sanitaria
82.070 personas privadas de empleo inscritas en las Oficinas del Servicio Público de Empleo, 12.113 más que hace un año y 556 más que el mes anterior, ya desastroso, es el saldo que arroja el informe del SEPEPA del último mes. Si a esto sumamos las 18.937 personas en ERTE y las 12.585 autónomas con la prestación reconocida a las 82.070 inscritas en el paro, nos encontramos en Asturies con al menos 113.592 personas sin trabajo.
El paro golpea con fuerza a todos los sectores y a todos los grupos de población, pero las personas jóvenes son las más perjudicadas por este hundimiento (con un 43,1% menos de contrataciones), que ha afectado en mayor medida al sector servicios (al descender el 37,5%) y a la contratación temporal (con una caída del 35,8%).
Al mismo tiempo, la precariedad laboral continúa incrementándose y el número de hogares sin ingresos crece, mientras se encarecen los productos básicos. Las ayudas, además de insuficientes, llegan tarde, siendo cada vez más frecuente encontrarse en las redes sociales llamadas de socorro de familias que se encuentran al límite, pidiendo ayuda para comer, ropa, o simplemente una estufa, dejando en evidencia la ineficacia del sistema de protección social y la saturación de unos servicios sociales que no cuentan con los recursos ni con el personal necesario para hacer frente a la situación.
Llucía F. Marqués
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