Cofiño miente en sus declaraciones sobre la contaminación y aprueba un plan que avala la contaminación de Arcelor casi otros 4 años, dotándolo con 10 millones de los que más de 6 irán a parar a mejoras en empresas privadas
Con la aprobación del plan de actuación a corto plazo para reducir los niveles de partículas en suspensión en la atmósfera de la zona oeste de Xixón, el Consejo de Gobierno decide invertir 10 millones de euros en dos años para un plan de reducción de la contaminación. Contenido en el exhaustivo plan, que se prolonga por centenares de páginas, encontramos medidas que recaen directamente sobre los ciudadanos, como que «se extremarán los controles de tráfico para evitar circulación a más de 30 kilómetros por hora». Sin embargo, el plan se flexibiliza cuando se trata de pedir responsabilidades a la gran empresa. Al mismo tiempo que pretende disminuir la contaminación, retrasa al 31 de diciembre del 2024 el plazo para la mejora ambiental en la factoría de Arcelor, principal responsable de la contaminación en la zona. Dentro del mismo plan dota con la mitad del presupuesto, 5 millones de euros, la partida para pagar la implantación del sínter B secundario de Arcelor. Según estudios del Principado de 2015, este Sinter es la instalación que más contribuye a la contaminación industrial de Xixón.
Otro millón se destinará a dotar de suministro de agua a los muelles de primera y segunda línea de El Musel, con el fin de disminuir las partículas sólidas en suspensión provenientes del almacenamiento de carbón importado a cargo de la empresa NMR, otra de las grandes protegidas del «Principado» y una partida más pagará la pantalla que divida sus instalaciones de las de EBHISA.
Por otra parte, las afirmaciones del vicepresidente del Gobierno y consejero de Medio Ambiente, Juan Cofiño, al decir que «Las mediciones nunca rebasaron los límites legales pero sí es verdad que están en niveles excesivamente alto», han levantado ampollas entre los vecinos afectados, quienes tienen constancia de las más de 90 superaciones de los límites establecidos solo en la estación del Lloredal, que no es la única que, según los datos aportados por el «Principado» en su propia página web, ha traspasado los límites legales en numerosas ocasiones.
Además, la nueva instalación del Lloredal se centrará en el control de las partículas inferiores a 10 micras, rechazando expresamente las alegaciones para que se aplicaran controles a la contaminación por benceno proveniente de las baterías de coque de la siderúrgica.
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