En la mañana de ayer las paredes de la Casa Sindical de Xixón amanecían con sus murales emborronados de negro, un ataque protagonizado sin duda por grupúsculos de extrema derecha española
La Casa Sindical es uno de los edificios sindicales más emblemáticos y representativos de la lucha obrera asturiana y originalmente propiedad de la CNT -sindicato que adquirió el solar en las cercanías de El Humedal en el 1915 levantando un edificio de tres plantas los propios cenetistas del Sindicato de la Construcción. Desde entonces ha sido blanco del odio de la derecha española, comenzando con su incautación en el 37 por parte de la Junta de Defensa Nacional, vendida en el 41 y posteriormente derribada, para construirse en el mismo solar una nueva construcción que el régimen puso al servicio del Sindicato Vertical.
No sería hasta el 1983, cuando, como reclamación de su Patrimonio Histórico, el sindicato ocupa primero la primera planta del antigua Casa Sindical y más adelante la sexta. Desde entonces, la Casa Sindical ha ido convirtiéndose en sede de más sindicatos y punto de encuentro de la lucha obrera, recuperando su propósito original. El abandono, a todas luces intencionado, en que la mantienen tanto el Ayuntamiento de Xixón como el Ministerio de Trabajo, de quien depende directamente, así como el interés especulador sobre un terreno ubicado en un lugar estratégico en la misma entrada de la ciudad y con las estaciones de tren y autobús a un paso han hecho que estuviera a punto de ser desalojada y nuevamente derribada en el 2019, pero la presión ciudadana la ha mantenido en pie y continua su utilización sindical.
En las últimas semanas, la calle Sanz Crespo -en la que se encuentra la Sindical- ha aparecido llena de propaganda de Democracia Nacional, como preludio al actual ataque en el que se tacharon los murales solidarios, reivindicativos y feministas que rodeaban el edificio.
Desde la CNT y la CSI -dos de los sindicatos que utilizan los locales del edificio- han destacado la mezquindad e «indigencia mental» que se presupone a los autores del destrozo, restándole al tiempo importancia en el sentido de que actos cómo este no hacen sino reforzar la unidad y la lucha obrera asturiana, informando que en breve serán repintadas las paredes con nuevos murales.
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