La partida presupuestaria destinada a arreglar y mantener una de las edificaciones más emblemáticas del país es nada más de 150.000 euros
En Asturies hay entre 20.000 y 30.000 hórreos y paneras, sin que exista un cómputo fiable, a falta de un catálogo actualizado de los mismos y de su estado. Buena parte de ellos están en malas condiciones y en riesgo de derrumbe. Un recorrido a cualquier concejo es suficiente para localizar varios en estado ruinoso. El «Principado» se declara «desbordado» por las 558 peticiones de ayudas para rehacer estas edificaciones.
Las subvenciones cacareadas desde Cultura como “una importante medida de la administración para prevenir la extinción del patrimonio arquitectónico asturiano” se han dotado con un presupuesto total de 150.000 euros. En caso de repartirse entre las 558 peticiones, tocarían a 268 € cada uno. Aunque siempre pueden repetir el sistema del 2018, cuando de las peticiones presentadas no se concedió ayuda a más que un hórreo, siendo todas las demás rechazadas.
Los propietarios, en los casos en que tengan verdadero interés por mantenerlos en pie, no solo tienen difícil acceder a una subvención, sino que cuando quieren remozar un hórreo se encuentran con una barrera de permisos y obstáculos administrativos que retrasan las reparaciones y dan para atrás a los menos decididos «14 meses de dolores de cabeza , permisos, proyecto, tasas , impuestos y cerca de 20.000 euros de gasto» relata el propietario de un hórreo recientemente rehabilitado en Blimea.
Todo ello hace posible casos como el del hórreo de Vis, tristemente famoso, y centenares de otros que cada año van deshaciéndose, dejando huérfano el patrimonio y paisaje asturianos.
Llucía F. Marqués
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