Continuar con las actuales políticas, que son las que han llevado a Asturies a esta situación de olvido y desaparición, llevaría a la exitosa culminación del genocidio ampliamente anunciado del país, con dos tercios de los concejos asturianos despoblados por completo para dentro de un siglo  

El llamado «Invierno Demográfico» está devorando Asturies. Un cálculo de hacia donde nos llevaría seguir por la misma línea en los próximos años lleva a los expertos a anunciar que, de no  cambiarse de inmediato las tornas, en tres décadas varios de los concejos asturianos estarán deshabitaos completamente.

Boal, Degaña, Ibias, Illano, Vilanova d’Ozcos, Villayón y Yernes y Tameza serán los primeros en caer, con treinta años de plazo para su despoblamiento total. Cincuenta años es el plazo marcado para otros 26 concejos, que se sumarían a esos siete y bastaría con un siglo para acabar con 45, casi el 60% de la totalidad de concejos del país.

El proceso lleva décadas en marcha, con políticas de centralización, abandono rural y de las «alas» de Asturies y a estas alturas ya no basta con frenar el éxodo de habitantes de estas tierras para acabar con la despoblación, ya que el envejecimiento de los actuales pobladores de estos concejos da lugar a una tasa de crecimiento vegetativo acusadamente negativa; sería preciso no solo fijar la población existente, sino atraer nuevos habitantes a la zona, incentivando el asentamiento de la juventud con acceso fácil a viviendas y servicios, buenas comunicaciones y posibilidades laborales.

Según los expertos, la raíz de esta situación es política y económica, y su solución, también. Actualizar las fuentes de ingresos en esos concejos a través de una «tercera transición ecológica y tecnológica», mejorar la productividad, facilitar la exportación y reformar la administración los serían primeros pasos a dar en la dirección de repoblar Asturias. Lo contrario, es un suicidio inducido.

Nuria Prendes

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