Los investigadores del Área de Nutrición Pastos y Forrajes del SERIDA han publicado un artículo en la revista Animals MDPI con hallazgos interesantes en relación con la composición del purín de las vacas y las emisiones dañinas para el medioambiente
El ganado lechero es una importante fuente de amoníaco ya que solo entre el 25 y el 35% del nitrógeno de la dieta se usa para la síntesis de leche, excretándose el resto a través de las heces y la orina, mayormente en forma de amoníaco, con el riesgo que este implica para el medio ambiente.
La reducción del nitrógeno de la dieta es una forma eficaz de disminuir las excreciones de nitrógeno y las subsiguientes emisiones de amoníaco. Sin embargo, es importante que esta reducción no genere una disminución en el rendimiento potencial de las vacas en cuanto a producción lechera.
Con el objetivo principal de mejorar la calidad del purín que se utilizará como fertilizante orgánico, los investigadores del SERIDA llevaron a cabo dos experimentos secuenciales. En el primero, se pretendía determinar el nivel óptimo de ingesta de nitrógeno dietético necesario para las vacas lecheras de alta producción. Una vez establecido este nivel, se evaluaron dos ensilajes de leguminosas con diferentes tasas de proteólisis.
En conclusión, las vacas lecheras que producen más de 30 kg de leche al día pueden cubrir sus necesidades con dietas con un 13% de proteína, reduciendo las pérdidas de nitrógeno a través de la orina sin afectar al rendimiento lechero para con ello, disminuir la excreción de nitrógeno, sobre todo por la orina. Además, se han identificado las fuentes de proteínas más adecuadas para que se desvíe la excreción del excedente de nitrógeno hacia las heces, en lugar de hacia la orina, disminuyendo las emisiones de amoníaco a la atmósfera.
Vitor Corte
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