La pérdida de capacidad adquisitiva se suma a la mayor costumbre de comprar por he internet y en grandes centros comerciales, perjudicando seriamente el comercio de proximidad, que al final es el que puja por la economía del país
Dentro el Estado español, Asturies es el segundo territorio en que más empeoró la cuestión, después de Melilla. La media estatal ha sido de una caida del 2’5%, habiendo algunos territorios en los que ha crecido la venta en comercios minoristas.
Las ventas de artículos personales (ropa, complementos…)han sido las más perjudicadas, con un descenso del 17’7% interanual, seguidas de las de equipo del hogar, que han caído un 7%. En el sector de alimentación es en el que menos se ha notado la reducción, pero también ha perdido venta, un 1,3%. Las grandes cadenas, tipo franquicia, también han perdido volumen de negocio, hasta un -6,3%, siendo las grandes superficies las únicas que mejoraron en su porcentaje de venta, un 0’7%.
Hay que percatarse de que se están haciendo comparaciones con el año anterior, ello es, en pleno auge de la pandemia, cuando estaría más justificada la compra a distancia. En cambio, la tendencia a la compra a domicilio, lejos de volver a la normalidad, sigue incrementándose, con el consiguiente daño para el pequeño comercio.
La compra a domicilio no es el único factor a considerar en este bajón de las ventas al comercio de proximidad; no podemos despreciar el peso en las ventas de la pérdida de capacidad adquisitiva de los pensionistas y los trabajadores de la mayoría de los sectores, por no mencionar la cuasi nula capacidad de compra del creciente número de asturianos en situación de pobreza.
Llucía F. Marqués
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